domingo, 18 de julio de 2010

Anticuchero Forever


No, no se equivocaron, no es una burda copia de Shrek por más que hay cierto parecido
en el título de la última película o más aun en el físico, pero si mis queridos amigos
anticucheros (4 gatos) he vuelto, y he vuelto después de tanto tiempo… como dice la
canción… he vuelto porque hoy tengo las ganas de escribir, la necesidad de desfogar
todo lo que tengo contenido dentro de mi ser. Si no escribía antes era porque estaba
ocupado, porque era feliz, porque no tenía la necesidad de escribir cosas y menos aun el
tiempo para hacerlo, ya que la mayoría del tiempo lo invertía en mi felicidad (relación) o
en algún deber.

Este anticuchero volvió, y al parecer volvió para quedarse, y es que una vez más volví
a caer derrotado en el amor… este sapo que buscaba incansablemente a su princesa,
la princesa que lo bese y convierta en príncipe para ser feliz por siempre, una vez más
no lo logro. Cuando pensó que había encontrado el amor, cuando pensó que la eterna
búsqueda había llegado a su fin, cuando pensó que por fin podría ser feliz y disfrutar de
una relación eterna y todo lo mágico y fantástico (mismo Disney) que esto incluye, una
vez más, el cruel y malévolo destino se pone en contra mía y me niega la felicidad.

Y bueno me lo debía imaginar ¿no? La felicidad no es eterna ¿no? Eso de los cuentos de
hadas y del “happily ever after” son puras patrañas o al menos son cosas que Dios no me
va a brindar. Pero recapitulemos un poco que pasó en mi vida… Hace unos meses atrás,
cuando todo era aun un poco de oscuridad en mi vida, cuando aun sentía un fantasma
del pasado rondando por mi cabeza, cuando tenía una cruz más grande que la de Cristo
en mi espalda, es decir una pena de amor inolvidable, llegan ofertas a mi mesa… viene la
propuesta de amor eterno y de que me amarán como nadie me amó, que darán todo por
mí, porque yo soy todo lo que esperaba, todo lo que había soñado… cuando escuchaba
sus palabras no sabía qué hacer, si creerle o no, a mi parecer y me imagino que para el
de muchos, era algo muy nuevo, muy reciente, es decir muy apresurado para el momento,
pero bueno muy a pesar de no sentir lo que ella decía, de solo sentir un gusto me
arriesgue, me arriesgue sabiendo que podría poner en riesgo la integridad de mi corazón,
es decir… podría volver a salir lastimado.

Comenzó una relación, que lo admito, como toda con sus buenas y sus malas, con una
fuerte montaña rusa de emociones, donde a veces pudo ser tan buena como la sensación
de que estas en el paraíso y que de ahí no quieres salir nunca más, como también hay
esos momentos donde tienes un sinsabor de no saber qué sucede y donde sientes que
ya no quieres más… Pero creo que esa montaña rusa al fin y al cabo es buena, porque
hace sentir que la relación está viva, el problema se da cuando de una montaña rusa pasa
a ser un gusanito y peor aun cuando ese gusanito solo tiene pista plana que recorrer y lo
hace a su mínima velocidad.

Nuestra relación empezó a decaer, y lo peor, es que no sé en qué punto se
intercambiaron los papeles, cuando a un comienzo yo quería ir despacio, poco a poco,
cosa que no cumplí, mientras ella me profesaba amor eterno y deseaba darnos al
máximo… que triste se siente cuando se cambian los papeles, cuando uno empieza a
tener la necesidad que la otra persona se entregue al máximo, y cuando sientes que esa
persona cambia, me imagino que así como el clima, nuestra relación se enfrió, se enfrió
a tal punto de casi ni vernos, se enfrió a un punto de cuestionar los sentimientos, y creo
que al final siempre tuve la razón cuando pensaba que todo es muy rápido, que no podía
ser, porque para amar a una persona tienes que conocerla, uno no ama a una persona
por una sonrisa, o por unos ojos, y una forma de ser en una o dos salidas, uno empieza
a amar a una persona en la monotonía, en la convivencia, en conocer de verdad como
es, uno ama a una persona en sus defectos y virtudes… pero bueno, como dicen lo que
rápido comienza, rápido acaba.

Y bueno podría extenderme más, hasta destruir el límite de lo que te permite una entrada
en un blog, pero creo que mientras más extenso haga esto, más extenso será mi sufrir
y por ende más extenso será mi olvido, solo quiero decir ¡gracias! gracias por haberme
hecho vivir una ilusión, un sueño de felicidad, una alegría en mi corazón, gracias por
los buenos y los malos momentos, y sobre todo gracias por haberme hecho ser tan feliz
mientras duró, por haberme hecho creer una vez más en el amor, y porque, muy a pesar
de que no funciono, siempre tendré el recuerdo de todo lo bonito, siempre tendré nuestro
París al igual que los demás ubicada en una parte recóndita de mi mente y de mi corazón,
gracias y ¡Adiós!